viernes, 22 de noviembre de 2013

LA GASTRONOMIA ROMANA

La gastronomía romana cambió a través de la larga duración (más de un milenio) de su antigua civilización. Sus hábitos se vieron influenciados por la cultura griega, los cambios políticos de monarquía a república, y de ahí a imperio, y la enorme expansión de éste último, que trajo muchos hábitos culinarios nuevos y técnicas de cocina de las provincias. Al principio, las diferencias entre las clases sociales no eran tan significativas, pero la distancia entre ellas creció junto con el imperio.
Ampliamente conocida por sus pastas, risottos, vinos y olivas, la cocina italiana es hace parte fundamental de la dieta mediterránea. Pero ¿siempre comieron pasta los italianos? ¿Qué clase de platos disfrutaban las personas de la antigua Roma?
La cocina italiana comenzó con recetas simples que fueron vastamente influenciadas por la cultura griega. Sin embargo, a medida que el Impero Romano se expandía, la variedad de sus platos comenzó también a ampliarse, cambiando radicalmente de acuerdo a las diferencias económicas y geográficas.
En los comienzos del imperio, los romanos solían comer tres veces al día debido a las constantes labores manuales. Ellos acostumbraban tomar un desayuno, una pequeña comida antes del medio día, y una comida llamada «cena» en la noche. Sin embargo, a medida que el tiempo pasó y más ciudades se fueron anexando al imperio, se introdujo otra comida en la noche. Esta era llamada «segundo desayuno».
Los ingredientes principales en una casa romana incluían panes redondos hechos de escanda, un cereal de la misma familia como el trigo. Las clases altas disfrutaban de alimentos como queso, huevos, leche, frutas y miel. Eventualmente, los romanos introdujeron el pan, a menudo acompañado con aceitunas y el vino. También, los ciudadanos más acaudalados podían disfrutar de carne de cerdo, cordero, aves de corral y diferentes de peces.
A medida que el Imperio Romano evolucionaba, ingredientes como lentejas, fríjoles y garbanzos fueron introducidos, convirtiéndose rápidamente en un favorito entre los gladiadores. Las clases altas también comían lentejas, pero su exquisito paladar sólo les permitía disfrutar de una variedad egipcia, un plato exótico famoso por su rico sabor y valor nutritivo.
Las verduras eran usadas usualmente para comidas en horas tempranas. Brócoli, espárragos, zanahorias, aceitunas, remolachas, lechugas, pepinos y cebollas fueron una parte clave de la cocina romana hasta el siglo X. Sorprendentemente, los tomates no estaban disponibles en todos en esos días. Este ingrediente, famoso en la cocina italiana moderna, no se introdujo en el país sino hasta el siglo XVIII.
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Ampliamente conocida por sus pastas, risottos, vinos y olivas, la cocina italiana es hace parte fundamental de la dieta mediterránea. Pero ¿siempre comieron pasta los italianos? ¿Qué clase de platos disfrutaban las personas de la antigua Roma?
La cocina italiana comenzó con recetas simples que fueron vastamente influenciadas por la cultura griega. Sin embargo, a medida que el Impero Romano se expandía, la variedad de sus platos comenzó también a ampliarse, cambiando radicalmente de acuerdo a las diferencias económicas y geográficas.
En los comienzos del imperio, los romanos solían comer tres veces al día debido a las constantes labores manuales. Ellos acostumbraban tomar un desayuno, una pequeña comida antes del medio día, y una comida llamada «cena» en la noche. Sin embargo, a medida que el tiempo pasó y más ciudades se fueron anexando al imperio, se introdujo otra comida en la noche. Esta era llamada «segundo desayuno».
Los ingredientes principales en una casa romana incluían panes redondos hechos de escanda, un cereal de la misma familia como el trigo. Las clases altas disfrutaban de alimentos como queso, huevos, leche, frutas y miel. Eventualmente, los romanos introdujeron el pan, a menudo acompañado con aceitunas y el vino. También, los ciudadanos más acaudalados podían disfrutar de carne de cerdo, cordero, aves de corral y diferentes de peces.
A medida que el Imperio Romano evolucionaba, ingredientes como lentejas, fríjoles y garbanzos fueron introducidos, convirtiéndose rápidamente en un favorito entre los gladiadores. Las clases altas también comían lentejas, pero su exquisito paladar sólo les permitía disfrutar de una variedad egipcia, un plato exótico famoso por su rico sabor y valor nutritivo.
Las verduras eran usadas usualmente para comidas en horas tempranas. Brócoli, espárragos, zanahorias, aceitunas, remolachas, lechugas, pepinos y cebollas fueron una parte clave de la cocina romana hasta el siglo X. Sorprendentemente, los tomates no estaban disponibles en todos en esos días. Este ingrediente, famoso en la cocina italiana moderna, no se introdujo en el país sino hasta el siglo XVIII.
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Ampliamente conocida por sus pastas, risottos, vinos y olivas, la cocina italiana es hace parte fundamental de la dieta mediterránea. Pero ¿siempre comieron pasta los italianos? ¿Qué clase de platos disfrutaban las personas de la antigua Roma?
La cocina italiana comenzó con recetas simples que fueron vastamente influenciadas por la cultura griega. Sin embargo, a medida que el Impero Romano se expandía, la variedad de sus platos comenzó también a ampliarse, cambiando radicalmente de acuerdo a las diferencias económicas y geográficas.
En los comienzos del imperio, los romanos solían comer tres veces al día debido a las constantes labores manuales. Ellos acostumbraban tomar un desayuno, una pequeña comida antes del medio día, y una comida llamada «cena» en la noche. Sin embargo, a medida que el tiempo pasó y más ciudades se fueron anexando al imperio, se introdujo otra comida en la noche. Esta era llamada «segundo desayuno».
 
Los ingredientes principales en una casa romana incluían panes redondos hechos de escanda, un cereal de la misma familia como el trigo. Las clases altas disfrutaban de alimentos como queso, huevos, leche, frutas y miel. Eventualmente, los romanos introdujeron el pan, a menudo acompañado con aceitunas y el vino. También, los ciudadanos más acaudalados podían disfrutar de carne de cerdo, cordero, aves de corral y diferentes de peces.
A medida que el Imperio Romano evolucionaba, ingredientes como lentejas, fríjoles y garbanzos fueron introducidos, convirtiéndose rápidamente en un favorito entre los gladiadores. Las clases altas también comían lentejas, pero su exquisito paladar sólo les permitía disfrutar de una variedad egipcia, un plato exótico famoso por su rico sabor y valor nutritivo.
Las verduras eran usadas usualmente para comidas en horas tempranas. Brócoli, espárragos, zanahorias, aceitunas, remolachas, lechugas, pepinos y cebollas fueron una parte clave de la cocina romana hasta el siglo X. Sorprendentemente, los tomates no estaban disponibles en todos en esos días. Este ingrediente, famoso en la cocina italiana moderna, no se introdujo en el país sino hasta el siglo XVIII.

Video sobre la gastronomia romana en la Edad Antigua: http://www.youtube.com/watch?v=enpIUwsmiHI 
Ampliamente conocida por sus pastas, risottos, vinos y olivas, la cocina italiana es hace parte fundamental de la dieta mediterránea. Pero ¿siempre comieron pasta los italianos? ¿Qué clase de platos disfrutaban las personas de la antigua Roma?
La cocina italiana comenzó con recetas simples que fueron vastamente influenciadas por la cultura griega. Sin embargo, a medida que el Impero Romano se expandía, la variedad de sus platos comenzó también a ampliarse, cambiando radicalmente de acuerdo a las diferencias económicas y geográficas.
En los comienzos del imperio, los romanos solían comer tres veces al día debido a las constantes labores manuales. Ellos acostumbraban tomar un desayuno, una pequeña comida antes del medio día, y una comida llamada «cena» en la noche. Sin embargo, a medida que el tiempo pasó y más ciudades se fueron anexando al imperio, se introdujo otra comida en la noche. Esta era llamada «segundo desayuno».
Los ingredientes principales en una casa romana incluían panes redondos hechos de escanda, un cereal de la misma familia como el trigo. Las clases altas disfrutaban de alimentos como queso, huevos, leche, frutas y miel. Eventualmente, los romanos introdujeron el pan, a menudo acompañado con aceitunas y el vino. También, los ciudadanos más acaudalados podían disfrutar de carne de cerdo, cordero, aves de corral y diferentes de peces.
A medida que el Imperio Romano evolucionaba, ingredientes como lentejas, fríjoles y garbanzos fueron introducidos, convirtiéndose rápidamente en un favorito entre los gladiadores. Las clases altas también comían lentejas, pero su exquisito paladar sólo les permitía disfrutar de una variedad egipcia, un plato exótico famoso por su rico sabor y valor nutritivo.
Las verduras eran usadas usualmente para comidas en horas tempranas. Brócoli, espárragos, zanahorias, aceitunas, remolachas, lechugas, pepinos y cebollas fueron una parte clave de la cocina romana hasta el siglo X. Sorprendentemente, los tomates no estaban disponibles en todos en esos días. Este ingrediente, famoso en la cocina italiana moderna, no se introdujo en el país sino hasta el siglo XVIII.
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